Morir en el trabajo, el drama olvidado

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Madrugada del 4 al 5 de abril, astillero de Puerto Real. Hay alerta amarilla por lluvia y vientos de hasta 80 kilómetros por hora. El puertorrealeño E. C. M., de la empresa auxiliar SIASA, pulimenta un buque en reparación sobre una canastilla de la grúa móvil. Será lo último que haga en su vida. Fallecerá por un fuerte golpe en la cabeza a sus 62 años.

16 de septiembre en la barriada algecireña de Los Pastores. Otro puertorrealeño, O. L. T., ha sido contratado por una empresa de control de calidad para las obras. En la cantera Los Guijos, una retroexcavadora porta una prensa de metal de más de dos toneladas. La máquina se desestabiliza. Morirá aplastado en el acto a sus 48 años.

 

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